lunes, 16 de julio de 2012

LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS Y LOS PADRES DE FAMILIA


Doy por seguro que todos aquí hemos asistido a alguna fiesta  infantil del cumpleaños  de  un familiar o un amigo por lo menos un par de veces en nuestras vidas, pero ¿Qué cosas son las que no pueden faltar en la celebración de un infante? 

Estas situaciones que a continuación enlistaré son típicas si no de todas, de la mayoría de las fiestas a las que acudimos cuando un pequeño cumple años, y no precisamente es lo que se esperaba, pues claro que la familia organizadora  así como los padres del pequeño (a) no tenían previsto, desde el tío lejano que deja su Mazda estacionado en un lugar prohibido y  anuncian en micrófono que se lo llevará la grúa hasta el niño que recibe un palazo en uno de los momentos más sagrados de la ceremonia cumpleañera.

1.- Familiares desconocidos
Más que claro, si fuimos educados con cortesía lo primero que hacemos al llegar a la fiesta es saludar a los padres y al infante festejado deseándole un excelente cumpleaños y lo mejor de lo mejor, todo bien hasta ahí. Segundo, cuando nos vamos aproximando a la mesa en donde nos sentaremos  no falta la típica tía que vivía en el rancho de Nashville o en un pueblo de  Durango que vienen a la pachanga y de paso a saludar a todos los familiares que tenían años sin ver. Cuando te acuerdas de ellos, perfecto! Pues que otra cosa da si no alegría que ver a un familiar con quien se tenía mucho sin convivir, pero si no... Es un martirio.

- Hijo ven a saludar a tu tía ¿Por qué si te acuerdas de ella verdad? (dice la mamá)
(¿Y cómo decir que no? Si lo que no queremos es quedar mal aunque nos surjan esas ganas tremendas de desaparecernos de ahí. )
- Claro!!! Hola tía ¿Cómo está? Qué bueno que están de visita, un gusto volver a verla después de      tanto tiempo.
Y la tía: - Uuuuuuuuuuuh! Mira que grandote estás!!! Si yo te cargaba en mis brazos desde que estabas recién nacido...
Y bueno... ahí es el momento donde a uno le gustaría desaparecer por completo  seguir en la plática para escuchar esas historias, inevitables!

2.- Niños, se comen todo lo que les sirvan en la fiesta!
Esta es una de las cosas que yo tanto disfruto a la hora de estar en plena fiesta, el momento de servir la comida y que los hijos de los invitados no quieran comer... Uff!!
 En una ocasión me tocó escuchar a madre de familia que le gritó a su hijo “Te comes todo lo que te den, y si no quieras no digas que no, te lo llevas a la mesa y de ahí nos lo llevamos a la casa, porque allá yo no te voy a hacer de comer”. Tengo esas palabras en mi mente desde aquel día y cada que voy a una fiesta infantil las recuerdo y hasta la historia se repite con palabras y gestos parecidos que las madres le hacen a sus hijos. 
No me van a decir que no da mucha risa ver como algunos se llevan a sus casas hasta lo que sobró de la mesa de al lado (incluyendo plato y servilletas con que tapar el platillo) para el marido que estaba trabajando, de mal gusto, pero de que las hay... las hay.

         3.-  El momento dónde más adrenalina se saca, la hora de romper la piñata
Si una de las cosas más emocionantes además del pastel y los regalos que por tradición se hace en una fiesta de cumpleaños, es la famosa quebrada de la piñata.
Claro, uno siempre esperaría que fuera momento de pura diversión y de goce al 100% de los retoñitos que acompañan a nuestro hijo en su celebración, pero la verdad no siempre es así y por distintos factores.
!Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes... YA LE PARTISTE SU MADRE A LA PIÑATA  UN NIÑO!
Cuántas veces no hemos visto a mamás en la hora de la piñata agarrar a sus hijos para que no se avienten mientras otro le está dando palazos, ¡No se avienten hasta que termine de pegarle! Es la frase típica de cualquier adulto, pero nomás cae un dulce, el primero de los mil que pueden caer y así sean 10 o  90 pequeños, aquella frase típica les viene sobrando, a sentir la adrenalina de ser el primero en rejuntar ese dulce. Qué decimos dulces, hasta el papel que se le cayó a la piñata, el primer cono derribado  o la pierna  de cartón que salió volando de la Power Ranger rosa. 
Mientras eso pasa, pasa que siempre hay un despistado, nos referimos al que está en  el orgasmo emoción pegándole a la piñata y de repente un mal palazo y un despistado que se cruza en frente y ¡TRASSS! Ya salió un niño llorando, sin dulces, sin pierna de cartón y sin pegarle. Típico de las  fiestas infantiles.
Otra cosa que cabe mencionar, es que si más no recuerdo las piñatas fueron hechas para los infantes,  no para las mamás. Digo esto porque en ocasiones me he topado con mamás que se avientan a los dulces  y dejan al hijo al lado sin poder rejuntar ninguno, pareciera que se les va a acabar el mundo y sería la última piñata del universo. Dejen que sus hijos disfruten de ese momento sagrado en la celebración, si juntan muchos o pocos, que sea por merito propio y no por ayuda de ustedes mamás porque mientras eso pasa, le quitan a otro niño los suyos. Si les van a salir caries que también sea por merito propio. Luego no se estén quejando de llevar al hijo con el dentista.

4.- Las bolsitas y el pastel
Cómo en este mundo somos tan equitativos (ojalá así fuera en la democracia) en las fiestas infantiles no se discrimina si el niño fue invitado, colado o hijo de la payasita que no tuvo dónde dejarlo, a todos les toca bolsita de dulces y pastel por igual. 
A veces como vayan llegando y otras del más chico al más grande la fila se va formando. Claro, no falta el o la gandalla que se salta unos centímetros de estatura y se pone al frente de uno más pequeño, de todas formas a todos les tocará por igual, pero los dulces son los dulces.
Y cómo en cada situación, las mamás no podrían faltar. ¡Benditas nuestras madres mexicanas que en todo están, se preocupan por nosotros y hasta nos enseñan a compartir pedir de más. Sí! Nos referimos a esas mamás que siempre nos dicen “Pide otra bolsita más y pastel para tu hermano que no pudo venir”. “Pide otra más para llevarle a no sé quién”.  Y esto admito señores que una vez mi propia madre me indujo con unas palabras muy estilizadas como si retórica hubiera estudiado, que pidiera una bolsa de dulces para ya no me acuerdo quién. 
NO SABEN LA VERGÜENZA QUE LE DA A UNO PEDIR BOLSITAS Y PASTEL DE MÁS PARA ALGUIEN QUE NO FUE A LA FIESTA O QUÉ? SÍ, ES UNA QUEJA!!
Pero de segurito si se saben la respuesta, es obvio que saben que nos da vergüenza, por eso no se atreven a pedirlas ellas, ojalá se pararan en frente y les dijeran que no, ya no hay bolsitas para que sientan lo que sentimos nosotros, los niños que solo vamos a disfrutar y no tenemos nada que ver en esos asuntos de intercambio.


Así como estas, hay muchas situaciones típicas en una fiesta, rápidamente enlisto algunas.
- El niño festejado y egoísta, que no deja que los invitaos le peguen a su piñata.
- El primo que tira el vaso de refresco sobre el mantel blanco.
- Familia que desde que llega, aparta el centro de mesa, ya sea alcancía o arreglo.
- Los que llegan sin regalo a la fiesta.
- Los que no le quitan el precio al regalo y nos damos cuenta que lo compró en oferta.
- La abuela que guarda las envolturas de los regalos para su próxima visita a una fiesta.
- El niño que sale lastimado del brincolín.
- Invitaciones que dicen la talla de calzado y vestimenta del festejado, indirecta? No creo.
-El tío que se pone hasta atrás con el alcohol, dice y habla cosas que nomás no van.
- Muchas personas que critican esos sucesos, como yo por ejemplo, pero en silencio.
Estas son algunas de las situaciones incomodas o celebres de las fiestas de cumpleaños infantiles, cosas que no pueden faltar y que siempre estarán presentes para recordar, si se dieron cuenta, casi nunca toqué al festejado y ¡qué más da! Si al fin de cuentas son situaciones que no le competen a él y mientras disfrute su fiesta, qué el mundo ruede.
PD. Si alguna madre de familia llega a leer esto, lo escribo remontándome unos 10 años y creo que a ustedes también les pasó, evítennos algunas vergüenzas, de ahí en fuera, las amamos.

Y todos los niños a divertirse!!!! Pues la inocencia es lo más bonito que podemos tener de la infancia. 



-  Antonio Anistro
@AntonioAnistro1



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