Sin duda, la educación que recibimos durante
nuestra niñez, es uno de los grandes factores que nos definirán como seres
humanos y nos brindara las herramientas necesarias para salir adelante en la
vida. Esta educación proviene de dos lugares; hogar y escuela. Esta segunda,
siempre prendera de un hilo, pues dependemos de terceras personas que nos
trataran de inculcar conocimientos sin ningún tipo de “obligación”, es decir,
no es lo mismo que nuestros padres nos eduquen, ya que ellos siempre querrán lo
mejor para nosotros y verán por un bien común, esto debería de ser lo mismo
para los maestros que tenemos durante nuestro periodo escolar pero
lamentablemente no es así en la mayoría de los casos, ¿Cuántos niños no son
maltratados por sus maestros, tanto física como psicológicamente?, ¿Cuántos
maestros se desentienden de sus clases?, ¿Cuántos maestros solo leen y dictan
conceptos sin saber si quiera de lo que se trata?, muchos, lamentablemente.
México esta en primer lugar en ausentismo de maestros, y para prueba, un país
carente de “buena” educación, por que educación tenemos, pero deja mucho que
desear. ¿Estas carencias son solo culpa del sistema educativo?, ¿ó son los
maestros los que están echando por la borda nuestra educación?, la respuesta es
muy simple, es todo un sistema y maestros que no tienen la mas mínima intención
de dejar huella y aprendizaje en sus alumnos.
Sin embargo, también es cierto que hay
maestros que día tras día se levantan por las mañanas con el propósito de
enseñarles algo nuevo a sus estudiantes, de dejarles tareas que realmente
ayuden a su aprendizaje, de responder dudas y escuchar opiniones, esos maestros
son lo que harán la diferencia en nuestra educación, y son a ellos junto con
nuestros padres a quienes les debemos cada éxito que logremos y lo que somos
como seres humanos.
Pero, ¿Por qué digo
todo esto si ya lo sabemos?, en los últimos días me han hecho reflexionar sobre el
“peor” y “mejor” maestro que he tenido en la vida, y vaya que son más los buenos
que los malos ó quizá prefiero recordar de los que realmente aprendí algo.
Pero vayamos por
partes. Toda mi vida he estado en colegios “privados” y mire que no soy de la
clase alta ni mucho menos, pero si soy hija de unos padres muy trabajadores que
siempre nos han dado lo mejor en cuanto a educación se refiere, puedo decir que
ellos hicieron la parte que les correspondía. El primer impacto educativo que
tenemos en nuestra vida es en el “Kinder”, ahí es donde obtenemos la disciplina
para el resto de nuestras etapas, ahí aprendes lo básico, los números, el
abecedario, te enseñan que debes de ir al baño de “niñas” ó de “niños”, aprendes
a convivir con tus compañeritos, ahí comienzan a enseñarte los limites, cuando
es tu turno de hablar y cuando debes de guardar silencio, cuando es momento de
jugar y cuando es momento de trabajar, sin duda el Kinder es la etapa más
divertida, pero también la mas importante, la base de nuestra educación.
Toda la primaria,
secundaria y preparatoria estuve en el colegio “Fray Pedro De Gante”, de esos
que son católicos hasta en los viernes, si, cada viernes sin falta íbamos a
misa, aparte de los cantos de rezos que hacíamos todos los días, pero mi niñez
fue normal. Recuerdo cada nombre de mis maestros, Mónica (1°), Sandra (2°),
Lupita (3°), Vicky (4°), Martha (5°) y el queridísimo, profe Juan (6°), ya se
imaginaran cual de todos fue el mejor maestro durante la etapa de la primaria,
a decir verdad, ninguno fue malo, con ninguno recuerdo algún momento traumático
ó haber tenido horas muertas durante mis clases pero si a alguien tengo que
resaltar, sin duda seria al Profe Juan, es de esos maestros que enseñan con el
propósito de que realmente aprendamos y captemos lo que estamos haciendo,
cuando uno conocía al profesor Juan, daba miedo, era alguien intimidante pero uno
es niño y no hay maestro que nos guste, además, con tantos “mitos” que se
generan alrededor de los maestros, ¿Quién los quiere?, no recuerdo día en que
el profesor haya faltado a clases, de todos, fue el maestro más duro pero del
que más aprendí.
*Martha (Química); la típica maestra que se dormía
durante los exámenes y en una que otra clase, intimidante, exigente y sobra
decir qué no era de mis clases preferidas.
*Tere (Física); Luis (Algebra); ha
decir verdad, los números y las formulas no eran lo mio, así es que pude haber
tenido buenos maestros pero siempre me fui a extraordinario en estas materias. También
debemos admitir cuando somos buenos estudiantes ó malos, no toda la culpa es
del maestro, también parte de crecer, es el reconocer cuando la regamos. Después
tenemos a Gloria O’Brien (Biología); esta fue una de las materias que realmente
disfrute, ¿por qué?, por qué la maestra era buena, nos hablaba en un idioma de
conceptos que realmente pudiéramos entender sin tantos tecnicismos, es de esas
maestras que te encuentras siendo adulto y sigues agradeciéndole por su
enseñanza.
*Lety Trewick (Historia); ahí comenzó mi gusto por la historia de
México, la maestra Lety nos dejaba trabajos realmente laboriosos pero con un
propósito justificado, fue de las materias mas creativas que tuve durante la
preparatoria. Sin embargo, Lety era de las maestras que no sabias si querer u
odiar (en sentido figurado), sin embargo, a pesar de ser una maestra no deseada
por muchos por su fuerte carácter, comprendí que algunos maestros “deben” ser
así para no perder autoridad ante nosotros, los alumnos, y eso, reconozcamos,
que en nuestra plena pubertad, no nos gusta, “odiamos” a los maestros
autoritarios, preferimos a los blanditos que son “manipulables” por nuestros
chantajes, pero Lety no era de esas y hace un par de años me la encontré en una
plaza comercial y con entusiasmo se acercó y sus palabras fueron: “Agradezco
tener alumnos que día tras día me enseñan como ser mejor maestra y mejor
persona, agradezco que tú hayas sido de esas alumnas”, ¿es en serio?, ¿en que
momento hice eso?, muchas veces como alumnos también dejamos una “huella” en
nuestro tutores escolares, pero son pocos los que lo reconocen y te lo hacen
saber, siendo Lety una persona tan estricta y el haber escuchado esas palabras
de agradecimiento de ella, son de los mejores momentos que un maestro le puede
regalar a un alumno, aparte de brindarnos buena educación. Rosalinda
(Orientación Vocacional); aquí rectifique que carrera quería estudiar y lo que me
apasionaba, la maestra Rosalinda realmente se preocupaba y le interesaba que
descubriéramos quienes éramos y quienes queríamos ser de grandes.
Después viene la
etapa de la universidad, mi educación paso a manos de “Univer” y aquí si voy a
señalar al que creo, ha sido el “peor” maestro que he tenido, su nombre es
Gilberto “Gil”, nos impartió la clase de “Teatro” y curiosamente toda su vida
era un teatro, falso, sobreactuado y malo. Se supone que su materia era una de
las más importantes de la carrera, a la que le podíamos sacar mucho provecho,
gracias a dios, no soy una “actriz frustrada” por qué Gil hubiera terminado con
toda esperanza para serlo. Faltaba a clases, fumaba en clases, no tenia el más
mínimo respeto por lo que hacia, obviamente lo reportamos en dirección y si, efectivamente,
nos hizo un teatrito cuando se entero, de gritos no paraba, si no lo
conociéramos, diría que fue un “buen actor”, pero como si lo conocíamos, hasta
en sus reclamos y todo su drama fue “malísimo” y termino por “castigarnos”
renunciando, ¡Gracias a Dios!.
Otros maestros,
Fernando, mejor conocido como el “Chavirul”, no era bueno en lo teórico pero
gracias a él, aprendí a usar programas de edición de video, así como explorar
mi lado de reportera, camarógrafa y productora de televisión.
El profesor
Gachuzo, es de aquellos que te enseñan a ser disciplinado, ético y responsable
con tu profesión.
Sergio Chimal,
estuvo a cargo de la materia de “Cine”, una de las áreas que mas me apasiona,
gracias a el aprendí a ser critica, no siempre puedo ser “imparcial” cuando voy
a ver películas, pero si me dio “ojos” para apreciar todo lo que una película
nos da.
Alejandra Tello, no
por nada la elegimos como una de nuestras madrinas de generación, todas las
materias que nos impartió fueron esenciales durante la carrera, pocos maestros
te dan el “porqué” de las cosas, simplemente te ordenan y listo, Tello es de
esas maestras que tienen la paciencia para hacerte entender las cosas y debo
decir que ¿paciencia en maestros?, solo pocos tienen esa virtud.
Pero si alguien fue
y sigue siendo la “mejor” maestra que he tenido es Verónica Alcaraz, y no solo
porque tuvo a su cargo la materia que ha marcado mi vida como estudiante, si no
que, su pasión, su manera de contagiar esa emoción y gusto por lo que hace, siguen
siendo de gran influencia para no olvidar por que decidí estudiar “Ciencias de
la Comunicación”. Desde materias como “Historia de México” hasta “Radio”, cada
una fue interesante por que ella así las hizo con su diario enseñar. Fue una
maestra que explotaba nuestras habilidades y creatividad para descubrir que
éramos buenos y capaces.
De cada maestro se
aprende, de los malos y de los buenos, uno aprende a reconocer quienes
“trabajan para vivir” y quienes “viven para trabajar” y lo hacen con la mejor
actitud.
En este ensayo, me
di la libertad de poner los nombres reales de mis maestros, ¿Por qué?, por que
creo que se debe de denunciar a las personas que tienen a su cargo una de las
profesiones más importantes, la de ser maestro, y la educación muchas veces la hacen trizas, no le
dan la importancia debida y por ende, no enseñan. El valor de un “maestro” ha
perdido reconocimiento, antes, eran poco los que lograban obtener tal titulo, ahora,
no me dejara mentir, pero hasta el que vende papitas en la esquina lo contratan
para que nos de clase, sin menospreciar a nadie, pero así es como el “sistema
educativo” funciona, por eso, también creo importante decir los nombres de quienes SI ENSEÑAN, los
que están preparados y se preocupan de que sus alumnos capten lo que ellos están
enseñando, y no solo que captemos, sino que vayamos descubriendo nuestras habilidades
y capacidades, esos son los que marcaran nuestra vida y de los que aprendemos
que si hay maestros capaces de tener en sus manos la responsabilidad que la educación
conlleva.
Desgraciadamente,
tal vez nunca cambie el sistema educativo que tenemos en nuestro país, hay
muchos intereses de por medio, así como recursos que deberían de ser para los
maestros y las instituciones donde estudiamos pero se van a los bolsillos de
funcionarios y altos mandos. Puedo entender que los maestros exijan lo que les
pertenece con marchas y alzando la voz, lo que no me parece, es que muchos
otros castiguen a los alumnos “no enseñando”, pueden enojarse con el sistema
pero es en el alumno donde tienen su mejor paga. Es cierto ese dicho que dice:
“La escuela no hace al alumno”, el alumno hace a la escuela de la mano del
maestro, no importa si estudiaste en una escuela pública ó privada, todo esta
en qué tú junto con los maestros quieran hacer la diferencia, qué a ellos les
guste su profesión y tú, aprender que ninguna materia es mala ó aburrida, es el
maestro el que la vuelve interesante ó tediosa, no hay materias que “no te
sirvan de nada”, más de una te puede interesar pero es el maestro el que hará
de esa materia, la pasión de tu vida.
Y tú, ¿recuerdas a
tu “peor” y “mejor” maestro?, ¡denúncialos ó dales el reconocimiento que se
merecen!.
-Zyanya Díaz
@msidiaz
EXCELENTE artículo Zyanya...me llegó directo al corazón. Te diré rápidamente el ¿por qué? El semestre pasado inicié por primera vez en la docencia, ya que me he desarrollado en varias áreas y hoy la vida me regaló ser maestra. Bien...el semestre pasado di Ciencias de la Comunicación II y Filosofía (Soy comunicóloga colega jajaja) en un Colegio de Bachilleres a todos los sextos semestres tanto matutino como vespertino (9 en total de 50 alumnos c/salón)y espero éste nuevo semestre me vuelvan a contratar. Ahora y en mucho aprendí a comprender en esencia a mis maestros, a mis papás y a los jóvenes (Ya que tengo un hijo de 18 que también entra a la Uni éste semestre).Todo es un cúmulo de sentimientos encontrados, que leyendo tu artículo me atreví a contarte un poco de mi historia, una historia que apenas empieza, ya que el ser maestra es EMPEZAR MI VIDA DE CERO...te lo digo honestamente. :))
ResponderEliminarQuerida Tere, gracias por compartirnos tú experiencia en el area de docencia, y agradezco tus palabras acerca de este articulo. Por lo que me comentas, vas camino a dejar huella en tus alumnos pues a diferencia de muchos maestros, tú estas entendiendo y poniendote en los zapatos de los jovenes, algo que es complicado pero es asi como se llega a la 'comprension' y paciencia que se necesita para ser un gran maestro, ¡Enhorabuena por eso!, sé de las maestras que hacen y haran siempre la diferencia!.
ResponderEliminarAbrazo!