miércoles, 25 de julio de 2012

El "malo", el "bueno" y el educado.



Sin duda, la educación que recibimos durante nuestra niñez, es uno de los grandes factores que nos definirán como seres humanos y nos brindara las herramientas necesarias para salir adelante en la vida. Esta educación proviene de dos lugares; hogar y escuela. Esta segunda, siempre prendera de un hilo, pues dependemos de terceras personas que nos trataran de inculcar conocimientos sin ningún tipo de “obligación”, es decir, no es lo mismo que nuestros padres nos eduquen, ya que ellos siempre querrán lo mejor para nosotros y verán por un bien común, esto debería de ser lo mismo para los maestros que tenemos durante nuestro periodo escolar pero lamentablemente no es así en la mayoría de los casos, ¿Cuántos niños no son maltratados por sus maestros, tanto física como psicológicamente?, ¿Cuántos maestros se desentienden de sus clases?, ¿Cuántos maestros solo leen y dictan conceptos sin saber si quiera de lo que se trata?, muchos, lamentablemente. México esta en primer lugar en ausentismo de maestros, y para prueba, un país carente de “buena” educación, por que educación tenemos, pero deja mucho que desear. ¿Estas carencias son solo culpa del sistema educativo?, ¿ó son los maestros los que están echando por la borda nuestra educación?, la respuesta es muy simple, es todo un sistema y maestros que no tienen la mas mínima intención de dejar huella y aprendizaje en sus alumnos.


Sin embargo, también es cierto que hay maestros que día tras día se levantan por las mañanas con el propósito de enseñarles algo nuevo a sus estudiantes, de dejarles tareas que realmente ayuden a su aprendizaje, de responder dudas y escuchar opiniones, esos maestros son lo que harán la diferencia en nuestra educación, y son a ellos junto con nuestros padres a quienes les debemos cada éxito que logremos y lo que somos como seres humanos.


Pero, ¿Por qué digo todo esto si ya lo sabemos?, en los últimos días me han hecho reflexionar sobre el “peor” y “mejor” maestro que he tenido en la vida, y vaya que son más los buenos que los malos ó quizá prefiero recordar de los que realmente aprendí algo.





Pero vayamos por partes. Toda mi vida he estado en colegios “privados” y mire que no soy de la clase alta ni mucho menos, pero si soy hija de unos padres muy trabajadores que siempre nos han dado lo mejor en cuanto a educación se refiere, puedo decir que ellos hicieron la parte que les correspondía. El primer impacto educativo que tenemos en nuestra vida es en el “Kinder”, ahí es donde obtenemos la disciplina para el resto de nuestras etapas, ahí aprendes lo básico, los números, el abecedario, te enseñan que debes de ir al baño de “niñas” ó de “niños”, aprendes a convivir con tus compañeritos, ahí comienzan a enseñarte los limites, cuando es tu turno de hablar y cuando debes de guardar silencio, cuando es momento de jugar y cuando es momento de trabajar, sin duda el Kinder es la etapa más divertida, pero también la mas importante, la base de nuestra educación.




Toda la primaria, secundaria y preparatoria estuve en el colegio “Fray Pedro De Gante”, de esos que son católicos hasta en los viernes, si, cada viernes sin falta íbamos a misa, aparte de los cantos de rezos que hacíamos todos los días, pero mi niñez fue normal. Recuerdo cada nombre de mis maestros, Mónica (1°), Sandra (2°), Lupita (3°), Vicky (4°), Martha (5°) y el queridísimo, profe Juan (6°), ya se imaginaran cual de todos fue el mejor maestro durante la etapa de la primaria, a decir verdad, ninguno fue malo, con ninguno recuerdo algún momento traumático ó haber tenido horas muertas durante mis clases pero si a alguien tengo que resaltar, sin duda seria al Profe Juan, es de esos maestros que enseñan con el propósito de que realmente aprendamos y captemos lo que estamos haciendo, cuando uno conocía al profesor Juan, daba miedo, era alguien intimidante pero uno es niño y no hay maestro que nos guste, además, con tantos “mitos” que se generan alrededor de los maestros, ¿Quién los quiere?, no recuerdo día en que el profesor haya faltado a clases, de todos, fue el maestro más duro pero del que más aprendí.



Después vino la secundaria, el cambio más difícil que recuerdo haber vivido, separación de amigos, nuevos maestros, nuevos horarios, pero en fin, creo que trate de adaptarme a lo nuevo y sinceramente fue la que paso sin pena ni gloria, no puedo recordar a ningún maestro durante esta etapa, quiero pensar que ninguno dejo algo importante en mi, así es que pasemos a la preparatoria, aquí si recuerdo a algunos maestros:

*Martha (Química); la típica maestra que se dormía durante los exámenes y en una que otra clase, intimidante, exigente y sobra decir qué no era de mis clases preferidas.
*Tere (Física); Luis (Algebra); ha decir verdad, los números y las formulas no eran lo mio, así es que pude haber tenido buenos maestros pero siempre me fui a extraordinario en estas materias. También debemos admitir cuando somos buenos estudiantes ó malos, no toda la culpa es del maestro, también parte de crecer, es el reconocer cuando la regamos. Después tenemos a Gloria O’Brien (Biología); esta fue una de las materias que realmente disfrute, ¿por qué?, por qué la maestra era buena, nos hablaba en un idioma de conceptos que realmente pudiéramos entender sin tantos tecnicismos, es de esas maestras que te encuentras siendo adulto y sigues agradeciéndole por su enseñanza.

*Lety Trewick (Historia); ahí comenzó mi gusto por la historia de México, la maestra Lety nos dejaba trabajos realmente laboriosos pero con un propósito justificado, fue de las materias mas creativas que tuve durante la preparatoria. Sin embargo, Lety era de las maestras que no sabias si querer u odiar (en sentido figurado), sin embargo, a pesar de ser una maestra no deseada por muchos por su fuerte carácter, comprendí que algunos maestros “deben” ser así para no perder autoridad ante nosotros, los alumnos, y eso, reconozcamos, que en nuestra plena pubertad, no nos gusta, “odiamos” a los maestros autoritarios, preferimos a los blanditos que son “manipulables” por nuestros chantajes, pero Lety no era de esas y hace un par de años me la encontré en una plaza comercial y con entusiasmo se acercó y sus palabras fueron: “Agradezco tener alumnos que día tras día me enseñan como ser mejor maestra y mejor persona, agradezco que tú hayas sido de esas alumnas”, ¿es en serio?, ¿en que momento hice eso?, muchas veces como alumnos también dejamos una “huella” en nuestro tutores escolares, pero son pocos los que lo reconocen y te lo hacen saber, siendo Lety una persona tan estricta y el haber escuchado esas palabras de agradecimiento de ella, son de los mejores momentos que un maestro le puede regalar a un alumno, aparte de brindarnos buena educación. Rosalinda (Orientación Vocacional); aquí rectifique que carrera quería estudiar y lo que me apasionaba, la maestra Rosalinda realmente se preocupaba y le interesaba que descubriéramos quienes éramos y quienes queríamos ser de grandes.



Después viene la etapa de la universidad, mi educación paso a manos de “Univer” y aquí si voy a señalar al que creo, ha sido el “peor” maestro que he tenido, su nombre es Gilberto “Gil”, nos impartió la clase de “Teatro” y curiosamente toda su vida era un teatro, falso, sobreactuado y malo. Se supone que su materia era una de las más importantes de la carrera, a la que le podíamos sacar mucho provecho, gracias a dios, no soy una “actriz frustrada” por qué Gil hubiera terminado con toda esperanza para serlo. Faltaba a clases, fumaba en clases, no tenia el más mínimo respeto por lo que hacia, obviamente lo reportamos en dirección y si, efectivamente, nos hizo un teatrito cuando se entero, de gritos no paraba, si no lo conociéramos, diría que fue un “buen actor”, pero como si lo conocíamos, hasta en sus reclamos y todo su drama fue “malísimo” y termino por “castigarnos” renunciando, ¡Gracias a Dios!.


Otros maestros, Fernando, mejor conocido como el “Chavirul”, no era bueno en lo teórico pero gracias a él, aprendí a usar programas de edición de video, así como explorar mi lado de reportera, camarógrafa y productora de televisión.


El profesor Gachuzo, es de aquellos que te enseñan a ser disciplinado, ético y responsable con tu profesión.


Sergio Chimal, estuvo a cargo de la materia de “Cine”, una de las áreas que mas me apasiona, gracias a el aprendí a ser critica, no siempre puedo ser “imparcial” cuando voy a ver películas, pero si me dio “ojos” para apreciar todo lo que una película nos da.


Alejandra Tello, no por nada la elegimos como una de nuestras madrinas de generación, todas las materias que nos impartió fueron esenciales durante la carrera, pocos maestros te dan el “porqué” de las cosas, simplemente te ordenan y listo, Tello es de esas maestras que tienen la paciencia para hacerte entender las cosas y debo decir que ¿paciencia en maestros?, solo pocos tienen esa virtud.


Pero si alguien fue y sigue siendo la “mejor” maestra que he tenido es Verónica Alcaraz, y no solo porque tuvo a su cargo la materia que ha marcado mi vida como estudiante, si no que, su pasión, su manera de contagiar esa emoción y gusto por lo que hace, siguen siendo de gran influencia para no olvidar por que decidí estudiar “Ciencias de la Comunicación”. Desde materias como “Historia de México” hasta “Radio”, cada una fue interesante por que ella así las hizo con su diario enseñar. Fue una maestra que explotaba nuestras habilidades y creatividad para descubrir que éramos buenos y capaces.



De cada maestro se aprende, de los malos y de los buenos, uno aprende a reconocer quienes “trabajan para vivir” y quienes “viven para trabajar” y lo hacen con la mejor actitud.



En este ensayo, me di la libertad de poner los nombres reales de mis maestros, ¿Por qué?, por que creo que se debe de denunciar a las personas que tienen a su cargo una de las profesiones más importantes, la de ser maestro, y la  educación muchas veces la hacen trizas, no le dan la importancia debida y por ende, no enseñan. El valor de un “maestro” ha perdido reconocimiento, antes, eran poco los que lograban obtener tal titulo, ahora, no me dejara mentir, pero hasta el que vende papitas en la esquina lo contratan para que nos de clase, sin menospreciar a nadie, pero así es como el “sistema educativo” funciona, por eso, también creo importante  decir los nombres de quienes SI ENSEÑAN, los que están preparados y se preocupan de que sus alumnos capten lo que ellos están enseñando, y no solo que captemos, sino que vayamos descubriendo nuestras habilidades y capacidades, esos son los que marcaran nuestra vida y de los que aprendemos que si hay maestros capaces de tener en sus manos la responsabilidad que la educación conlleva.



Desgraciadamente, tal vez nunca cambie el sistema educativo que tenemos en nuestro país, hay muchos intereses de por medio, así como recursos que deberían de ser para los maestros y las instituciones donde estudiamos pero se van a los bolsillos de funcionarios y altos mandos. Puedo entender que los maestros exijan lo que les pertenece con marchas y alzando la voz, lo que no me parece, es que muchos otros castiguen a los alumnos “no enseñando”, pueden enojarse con el sistema pero es en el alumno donde tienen su mejor paga. Es cierto ese dicho que dice: “La escuela no hace al alumno”, el alumno hace a la escuela de la mano del maestro, no importa si estudiaste en una escuela pública ó privada, todo esta en qué tú junto con los maestros quieran hacer la diferencia, qué a ellos les guste su profesión y tú, aprender que ninguna materia es mala ó aburrida, es el maestro el que la vuelve interesante ó tediosa, no hay materias que “no te sirvan de nada”, más de una te puede interesar pero es el maestro el que hará de esa materia, la pasión de tu vida.

Y tú, ¿recuerdas a tu “peor” y “mejor” maestro?, ¡denúncialos ó dales el reconocimiento que se merecen!.



-Zyanya Díaz
@msidiaz

2 comentarios:

  1. EXCELENTE artículo Zyanya...me llegó directo al corazón. Te diré rápidamente el ¿por qué? El semestre pasado inicié por primera vez en la docencia, ya que me he desarrollado en varias áreas y hoy la vida me regaló ser maestra. Bien...el semestre pasado di Ciencias de la Comunicación II y Filosofía (Soy comunicóloga colega jajaja) en un Colegio de Bachilleres a todos los sextos semestres tanto matutino como vespertino (9 en total de 50 alumnos c/salón)y espero éste nuevo semestre me vuelvan a contratar. Ahora y en mucho aprendí a comprender en esencia a mis maestros, a mis papás y a los jóvenes (Ya que tengo un hijo de 18 que también entra a la Uni éste semestre).Todo es un cúmulo de sentimientos encontrados, que leyendo tu artículo me atreví a contarte un poco de mi historia, una historia que apenas empieza, ya que el ser maestra es EMPEZAR MI VIDA DE CERO...te lo digo honestamente. :))

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  2. Querida Tere, gracias por compartirnos tú experiencia en el area de docencia, y agradezco tus palabras acerca de este articulo. Por lo que me comentas, vas camino a dejar huella en tus alumnos pues a diferencia de muchos maestros, tú estas entendiendo y poniendote en los zapatos de los jovenes, algo que es complicado pero es asi como se llega a la 'comprension' y paciencia que se necesita para ser un gran maestro, ¡Enhorabuena por eso!, sé de las maestras que hacen y haran siempre la diferencia!.

    Abrazo!

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