martes, 24 de julio de 2012

El mundo del casino y ...adicto, ¿Yo?



Empiezo a escribir y de fondo suena la canción “Viva Las Vegas” del legendario Elvis Presley pues  la canción va acorde al artículo de ahora, no hablaré de la ciudad del pecado si no de eso que te ínsita a pecar ahí y en cualquier parte dónde haya máquinas tragamonedas, mesas de Poker, Black Jack, bingo o lotería. Me refiero a los casinos y contaré algunos casos que me ha tocado presenciar dentro de ellos.

No están para saberlo pero yo si para contarlo, el día que cumplí 18 años por la tarde festejé en un casino con todo y familia, tampoco  para saberlo pero ya contando me aviento toda la biografía de vida. Desde que era pequeño tal vez unos 12 años atrás, mis padres, tías y abuelos siempre han jugado y le han apostado al azar por varios años, desde las noches de Poker en casa de alguno de ellos hasta los jueves de Bingo en una plaza de la cuidad, a mí nunca me llamó la atención, pues no le miraba nada de entretenido estar pensando en cómo mover cartas y mucho menos podía entrar a los juegos de Bingo, me faltaba mucho todavía para tener la mayoría de edad y poder jugar, yo de eso ni me preocupaba.
Al paso del tiempo, mi familia iba constantemente a casinos en la ciudad de San Diego en Estados Unidos, pues siendo frontera nos queda cerca. Fue a los 12 años cuando yo entré por primera vez a un casino y no obviamente a jugar, si no a comer en el restaurante, eso sí podíamos hacer los pequeños. Recuerdo que en cuanto entré me quedé impactado y por primera vez comprendí porque a muchas personas les gustaba pasar el tiempo ahí dentro. Colores, sonidos agradables, más colores, risas, bebidas, más color,  más sonido, dinero, dinero y dinero. Era como estar  en un parque de diversiones donde hay máquinas con videojuegos, de esas que le se le pone 2 pesos y se pasaba  un buen rato jugando, era lo mismo con los adultos, solo que no eran 2 pesos los que podían ganar o perder, era lo mismo que a mí me gustaba pues, pero yo con 10 pesos era feliz un par de horas en los videojuegos.

Pasó el tiempo y la familia siguió visitando esos casinos, quiero aclarar que hasta el momento tampoco lo hacen tan seguido dos o tres veces por semana  una vez al mes si acaso. (Ay ajá)
Entonces, en la ciudad donde habito de pronto abren un Casino de la compañía del ratero  querido Jorge Hank R. Caliente es la marca, esa que patrocina ahora a los Xolos de Tijuana y que tienen media ciudad comprada, pero esa es otra historia, el caso es que por primera vez en Ensenada había un casino y cómo por arte de magia, el día de la inauguración estaba llenísimo, me sorprendí que Ensenada fuera tan jugadora en esos aspectos... muy escondido se lo tenían, ya tenía yo 15 en ese entonces.  Pasó un año y de pronto otro casino de otra compañía, pasó otro y otros 2 casinos se hicieron presentes en la ciudad, ya eran 4 en menos de 3 años.
Y sí, llegó la hora de que su servidor tuviera 18 años, ese primer día como ya había contado fui junto con la familia a uno para apostarle a la suerte... ¡y me fue bien! Llevaba yo solamente 300 pesos por que era la primer vez que jugaba y no sabía si me gustaría o no, 20 minutos más tarde esos 300 ya eran 500’s. Yo encantado de la vida ya no quise jugar y esperé a que los demás jugaran y creo que eso que a mí me pasó,  ganar la primer vez que se juega, puede se gravísimo para otras personas. Gravísimo en el sentido  se podría pensar que el dinero de esa manera fácil entra a la bolsa y de cierta manera sí lo es, pero hay quienes ven en ello una forma de negocio, de sustento familiar, de llenar un vacío, de querer jugar y jugar, caer en el vicio pues.

Ya tengo casi 20 años y estos 2 que he asistido con regularidad a casinos me doy cuenta que hay de todo ahí dentro, desde  jóvenes de mi edad que van solos o acompañados hasta en su mayoría personas de la tercera edad que no tienen en que gastar su pensión y la van a apostar por horas y horas.
Y claro que existe un nombre para la enfermedad, porque de que existe, existe.  Podemos afirmar que el juego patológico o ludopatía no es un vicio, concepto comúnmente extendido entre la población; sino es una enfermedad que crea dependencia y adicción crónica.
Una de las cosas más graves es que se va alterando el pensamiento -no solo el impulso-  y se desarrolla un pensamiento mágico que lleva a la persona a pensar que puede dominar el azar. Cosa que es imposible, pero hay una dependencia total por parte de quienes la padecen que creen saber cómo hacer dinero en las máquinas del juego. 
En una ocasión, me senté al lado de una señora que sería de unos 50 años de edad y le pregunté si pasaba mucho tiempo jugando, a lo que respondió: Sí, todos los días mi hija me deja aquí por las tardes y me recoge hasta  que sale del trabajo, gane o pierda, aquí estoy siempre.

Ese es un caso común, pero ha habido algunos en los que de verdad impacta la situación, serían aproximadamente las 2 am y entraron oficiales, abogados y un esposo muy enojado buscando a la madre de familia que desde hace tiempo gastaba todo el salario del esposo y de la manutención. “Es ella oficiales, y que quede claro, como ustedes ya observaron, que mi esposa aquí se gasta mi dinero y el de mis hijos, Ya estoy hasta la madre de que hagas eso” El esposo gritó eso con tanta fuerza y con un enojo que podía olerse a 6 filas de máquinas más, salieron los dos junto con el abogado y los oficiales a arreglar sus asuntos afuera.
Se ve de todo, desde quienes ganan mucho y gritan felices de la emoción, hasta personas llorando porque “algo les iban a decir en casa por que perdieron todo lo que tenían” desde lo del súper hasta las colegiaturas de los hijos, y no lo digo literal... en serio lloran ahí adentro. A mi me gusta y lo acepto, voy seguido con familia, pero nunca hemos apostado más de lo que no podemos como otras personas lo hacen. 
No comprendo al 100% el porqué de la enfermedad, la ludopatía está presente en cada sala de juego, cómo la enfermedad que es y a mi experiencia,  1 de cada 20 que juegan, la padecen. 

Es muchísimo, tal vez fuera de las salas de juego no nos damos cuenta de esto pues sus síntomas no se  pueden reflejar fácilmente, pero eso se comprueba cuando uno es el que convive con esas personas y aunque no comprendas por que lo hacen, se puede comparar fácilmente con otras adicciones, que al fin de cuentas es una más como el alcoholismo, drogadicción o dependencia a cualquier otra cosa, entonces nos podemos dar cuenta que en realidad esto causa problemas y muy serios. Problemas familiares, falta de comunicación, baja autoestima, un bajo nivel de autocontrol o problemas emocionales. El ludópata busca en el juego un refugio, una vía de escape a sus miedos y a sus complejos, como en cualquier otra adicción. El juego se convierte en el pan de cada día. Clarísimo está que si te gusta, te gusta y punto.  Es como una relación de pareja, si alguien llama la atención y te enamora, te enamora y listo, sin importar la edad. La ludopatía tampoco reconoce de edades.

Solo que en el juego no se expresa solo el sentimiento y no solo nosotros jugamos, hay mentes genio que trabajan en la estructura de una sala de juego y que están perfectamente acondicionadas para que mente y cuerpo se sientan cómodos a la hora estar ahí. Una máquina de tu personaje favorito, con colores bien llamativos, un bono de premiación y además cuando ingresas tu tarjeta te dice: ¡Bienvenido Antonio! Asientos reclinables, un buen aire acondicionado y ¿Qué más quieres? 
Hacen todo para que te puedas sentir como en casa, no se usa la retórica a la hora del discurso pero si usan mentes macabras que te hacen sentir como rey cuando estás sentado en una máquina. Además de eso, hay meseros que te atienden sin pedir propina a cambio, en lo que respecta en los casinos de Estados Unidos a los que he visitado (Porque ahora en California ya está permitido que jóvenes de 18+ puedan jugar y no de 21+ cómo lo era antes) Cualquier bebida ya sea café, refresco o agua es gratis todas las veces que quieras, comida y alcohol muy baratos, que hablando de alcohol, cuando se toma dentro de un casino, más pierdes noción de lo que se gasta y literalmente quedas alocado, pero mientras más te puedas sentir en casa, mejor. 
El trato es personal, obviamente no porque cargues un nombre importante en la sociedad, pero mientras les generes dinero, apuestes y apuestes, que importa quién seas, yo tengo que tratarte bien, al fin de cuentas un casino por más que uno gane dinero, otros lo van a perder y jamás la compañía va a perder un solo peso.

Personalmente, no sabría decir si alguna vez dejaré de ir a jugar, yo siempre he visto el juego como una forma de distracción y nunca he caído, ni caeré eso si lo puedo asegurar, en la ludopatía. No veo el juego como una manera de hacer dinero, que si lo he hecho no voy a negar que de vez en cuando gano y la emoción abunda, pero hay quienes piensan  que, por ganar de golpe, piensan que en realidad lo ganan, yo digo que solo se te devuelve un poco de lo que se ha perdido.

No digo que hay que ser fuertes para poder ir a una casa de apuestas, digo que siempre debemos de separar lo que queremos de lo que necesitamos y no jugar una con la otra porque si lo hacemos, necesitaremos jugar toda la vida y no será caso de diversión o entretenimiento.
Cada vez escucho en noticias o veo que se abren más y más casinos en muchísimas partes del país, sea o no en todos, pero siempre vamos a encontrar quien hace del juego una dependencia. Ojalá los hijos, padres, o la familia de alguien que va a un casino esté al pendiente de él o ella, he escuchado además de todos los que he presenciado, casos en los cuales se hipotecan casas, venden autos, los hijos se quedan sin escuela e incluso roban dinero para poder pagar deudas de juego, casos lamentables pero que existen y que solo nos podemos dar cuenta si somos familiares muy apegados, y si no son familia... pueden acudir al casino más cercano de su localidad y seguro encuentran a alguien con estos problemas.
Veamos la apuesta como un lujo y entretenimiento, no como una necesitad, divertirse en cualquier aspecto es saludable sabiendo manejar las cosas como se deben.


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